¿Soy un candidato para tratar las venas varicosas sin cirugía?

¿Ha estado sufriendo de dolorosas varices durante mucho tiempo? ¿Está experimentando síntomas que podrían indicar que tiene una forma grave de enfermedad vascular? Comprender sus síntomas y hablar con un especialista vascular puede ayudar a determinar si usted es un candidato para el tratamiento de las venas varicosas sin cirugía.

Venas varicosas y la edad

Las venas varicosas son venas abultadas y azuladas en las piernas que parecen retorcidas y pueden ser dolorosas. Son un problema común y tienden a desarrollarse a medida que envejecemos. Alrededor de 33 millones de adultos en los Estados Unidos entre las edades de 40 y 80 años tienen venas varicosas.

Las venas varicosas se forman cuando las válvulas unidireccionales que impiden que la sangre fluya hacia atrás se vuelven incompetentes. Esto da lugar a un reflujo de sangre que se acumula en la vena y aumenta la presión en sus paredes, haciendo que las venas se agranden. Las paredes venosas debilitadas no pueden soportar el aumento de la presión, y se puede desarrollar una vena varicosa.

A medida que envejecemos, es posible que las válvulas y las paredes de las venas no funcionen tan bien como antes. Si bien no existe un límite de edad real para el tratamiento, debe tener en cuenta que es posible que no sea un candidato para todas las opciones de tratamiento disponibles, ya sean mínimamente invasivas o quirúrgicas. Su médico es quien mejor puede determinar el tratamiento para el que usted es un buen candidato.

Síntomas de las várices

Si tiene alguno de estos síntomas como resultado de sus várices, puede que sea el momento de considerar la posibilidad de tomar medidas, ya que a veces las várices provocan problemas más graves:

  • Dolor o sensación de pesadez en las piernas
  • Hinchazón en las piernas, tobillos o pies que empeora a lo largo del día o es constante
  • Cambios en el color o la textura de la piel
  • Una sensación de pulsación o ardor en las piernas
  • Llagas que se curan lentamente, o que no se curan en absoluto
  • Coágulos de sangre
  • Sangrado excesivo después de una pequeña lesión en la pierna.

Hable con su médico sobre sus síntomas y sepa que hay cambios en su estilo de vida que puede hacer ahora mismo para mejorar potencialmente algunos de los síntomas causados por sus várices.

  • Perder un poco de peso – Puede ser más difícil perder peso a medida que envejece, pero el exceso de peso puede estar causando un estrés adicional en sus venas.
  • Salga a caminar – si puede, haga ejercicio con regularidad. Su médico puede ayudarle a encontrar un programa de caminatas o movimientos que sea seguro para usted.
  • Eleve sus piernas – Si se encuentra sentado mucho, recuerde poner sus piernas en alto durante el día. Lo ideal es que las piernas estén por encima del nivel del corazón durante 30 minutos cada vez. Intente hacer esto 4 veces al día.
  • Use medias de compresión – Hable con su médico y averigüe si debería intentar usar estas medias elásticas especiales para ayudar a sostener sus venas y evitar la hinchazón.

Si estos cambios no tienen ningún impacto, entonces puede ser el momento de hablar con un especialista vascular cerca de usted para ver cuáles son sus opciones de tratamiento mínimamente invasivo.

Opciones mínimamente invasivas para tratar las várices

La cirugía ha sido un tratamiento durante mucho tiempo, pero también tiene más riesgos y la recuperación suele ser más larga y más incómoda que las alternativas mínimamente invasivas. Los tratamientos mínimamente invasivos se desarrollaron para ofrecer opciones de tratamiento eficaces para las várices con menos riesgo, menos dolor y un tiempo de recuperación más corto que la cirugía tradicional.

Los radiólogos intervencionistas y los cirujanos vasculares son médicos especialmente capacitados para realizar estos procedimientos para el tratamiento de las várices. Hable con su médico para saber más sobre si una de estas opciones puede ser adecuada para usted. Tenga en cuenta que no debe someterse a estos tratamientos si tiene un coágulo de sangre o una infección activa.

  • Escleroterapia: se inyecta en la vena un producto químico que deja cicatrices en la vena varicosa para cerrarla. Cuando sea eficaz, la vena desaparecerá con el tiempo. La escleroterapia es particularmente conocida por su eficacia para tratar las arañas vasculares, que son puramente cosméticas, y también puede utilizarse para tratar pequeñas venas varicosas superficiales.
  • Ablación endovenosa con láser: mediante el uso de ultrasonido para controlar el movimiento, se inserta un catéter (un tubo delgado), que se mueve a través de la vena. En el lugar correcto de la vena varicosa, una fibra láser en la punta del catéter calienta la vena desde el interior. Esto detiene el flujo de sangre a través de la vena, y eventualmente desaparece.
  • Ablación endovenosa por radiofrecuencia – Se realiza de la misma manera que la ablación endovenosa con láser, pero el calor se genera a partir de ondas de radiofrecuencia.
  • Microflebectomía – También conocida como flebectomía ambulatoria, este tratamiento implica el uso de un instrumento especial para extraer la vena afectada a través de pequeñas muescas en la piel. Este tratamiento suele formar parte de un plan de tratamiento general y a menudo complementa muy bien los tratamientos endovenosos.

Usted puede ser un candidato para una opción de tratamiento mínimamente invasivo para sus venas varicosas. Solicite una consulta con un especialista vascular experto en el tratamiento de las várices sin cirugía. Lleve su historial médico y una lista de sus medicamentos y cualquier alergia para revisar con su médico durante esta visita. Juntos podrán determinar si existen tratamientos para las várices que le proporcionen un alivio sintomático.

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